Por Luis Arroyo Zapatero
A principios de año ha fallecido en Buenos Aires Pedro Rubens David, nacido en Tucumán en 1929 en una familia de origen sirio-libanés. Resultará bien difícil desde ahora no poder contar con su participación afable, generosa y con tanto y tan buen humor en los trabajos de la vida penal y criminológica internacional. Su larga vida ha sido bien fructífera desde que concluyó sus estudios de Derecho en la Universidad de Tucumán, a la que se incorporó de inmediato como docente de sociología. En 1957 obtuvo una beca Fullbright para realizar el doctorado en la Universidad de Indiana, que concluye con su maestro Jerome Hall. Tras su paso por Argentina se incorporó en 1973 como profesor titular a la Universidad de Nuevo México, Albuquerque (USA), donde reside hasta 1994. A su regreso a la Argentina funda con su mujer Elisa Herren la “Universidad Argentina John F. Kennedy”, a la vez que desempeña su cargo de Juez para pasar en 1982 a ser interregional Advisor on Crime Prevention and Criminal Justice en el Centro de Naciones Unidas en Viena, hasta 1993. En esta responsabilidad visito más de 100 países y realizó trabajos en países de gran complejidad. Con posterioridad ha seguido vinculado a Naciones Unidas por ejemplo como presidente del Grupo intergubernamental para los fraudes de identidad, del de Estándares y normas en Justicia Criminal y prevención del crimen de Naciones Unidas y (2004) y corredactor del Manual de embargo y decomiso de bienes procedentes del delito. Ha sido miembro activo del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas desde 1981 e integrante de Consejo de Gobierno del Instituto Interregional para investigaciones sobre delincuencia y justicia de Naciones Unidas en Turín, y asesor de la Academia Internacional Anticorrupción en Viena.
Conforme a la tradición argentina Pedro David ha cultivado la enseñanza del Derecho y el ejercicio de la función judicial. Desde el cargo de Fiscal de Estado y Juez de la Cámara en Salta en 1951 hasta 1956 y desde 1974 como juez de la Cámara Nacional argentina en lo criminal de la capital Federal hasta 1976. Al regreso de sus responsabilidades internacionales se incorporó a la Cámara Federal de Suprema Casación penal de la República Argentina, desde su creación en 1992 hasta la fecha y en la que ha llegado a ser su presidente.
El aunar la experiencia investigadora con la función judicial ha dado lugar a la producción de numerosas publicaciones científicas de elevada originalidad. Muy especialmente cuando en la esfera internacional se ha enfrentado a los problemas de la delincuencia global y de la recuperación de activos. De su auténtico arsenal de publicaciones científicas divulgadas en español e inglés, además de otras lenguas como el italiano, el japonés y el chino me permito destacar especialmente los siguientes libros: La conducta, integrativismo y sociología del Derecho. Bs.As. 1970; Sociología criminal juvenil, 5 ediciones entre 1965 y 1979; El mundo del delincuente, traducción del original inglés, publicado en EE.UU. con el título The world of the burglar, (1974), U.N.M. Press, Albuquerque ; Estudios sociales y Criminlogía. Maracaibo 1979, con ediciones pertinentes en México y Bs.As.; Sociología jurídica, Bs. As. 1980; Globalización, prevención del delito y justicia penal, que es su última y más compleja obra sobre los problemas penales y criminológicos de máxima actualidad, publicados en español en 1999 y en italiano en 2001 en la prestigiosa editorial italiana Giuffré.
Los grandes académicos impulsan el progreso científico convocando tareas colectivas transnacionales y con incorporación de jóvenes investigadores. Sus resultados se plasman en libros dirigidos o compilados. Como ejemplo de editor creo que basta indicar los siguientes: El libro editado con Eduardo Vetere en homenaje a Ivonne Mellup, una extraordinaria personalidad de toda la vida de la Comisión del Crimen de Naciones Unidas, con el título “Victims of Crime and abuse of power”, que se presentó en el IX Congreso del Crimen de Naciones Unidas. 2006. Del mismo carácter es el libro homenaje al fundador de la rama penal y de defensa social de Naciones Unidas, Don Manuel López Rey, con el título Crime and criminal policy, editado por Angeli, Roma, 1985. A todos los libros de su autoría citados y los editados por él se unen más de cien artículos publicados en revistas científicas y capítulos de libros. La valoración de todo ello se complementa con la circunstancia de que él mismo fuese destinatario de un libro homenaje editado por el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas (Costa Rica) con contribuciones de más de 50 especialistas de todo el mundo que le mostraban así su admiración y respeto.
De especialísima significación es su condición Juez del Tribunal penal internacional para la antigua Yugoslavia. Fue elegido como tal por la Asamblea General de Naciones Unidas con el voto favorable de todos los países que la integran, unanimidad que no había tenido nunca lugar. Estoy seguro de que el mundo adeuda a Pedro R. David buena parte de las mejoras en estos años en la prevención del crimen y el incremento en la justicia para los delitos contra la humanidad que haya alcanzado el Tribunal Internacional. Pero entre una y otra responsabilidad no ha quedado a la zaga el extraordinario informe que realizó por encargo del Secretario General de las Naciones Unidas sobre el funcionamiento de los Tribunales ad hoc en 1999, su importancia radica en que el autor tenía que conocer los intríngulis de todas las culturas jurídicas que protagonizan esos tribunales y establecer las correcciones que efectivamente de adoptaron.
Siempre fue muy activo en la vida de las sociedades científicas. Al tiempo en que se estableció un sistema estrictamente gubernamental en la Comisión del Crimen impulsó con Simone Rozés Edurdo Vetere y el Centro Nazionale de Prevencione dee Defessa Soziale de Milán ( https://www.cnpds.it/index.php?link=organizzazioni1 ) la creación de un espacio propio para las organizaciones no gubernamentales , el International Scientific and Professional Advisory Council of the United Nations Crime Prevention and Criminal Justice Programme – ISPAC, constituido en 1991. Deseo destacar que ha sido Vicepresidente de la Société Internationale de Défense Sociale desde 2007, año en que recibió la medalla Beccaria en el Instituto nacional de Ciencias Penales de México en nuestro XII congreso mundial. Hemos encontrado en él siempre un decidido apoyo en las tareas cada vez más difícil cooperación internacional, en un tiempo en el que los grupos de países se relacionan directamente, sin intermediación de las sociedades científicas. Nos queda, además de su obra científica el gratísimo recuerdo de su presencia y su bonhomía. El gran médico e historiador español Gregorio Marañón gustaba precisar que lo contrario de serio no era frívolo sino aburrido, y que la pareja ideal es ser serio y divertido y eso es lo que era nuestro amigo Pedro R. David, lo que ayudaba mucho a abordar los graves problemas de la cuestión penal. Nunca olvidaremos las numerosas anécdotas que relataba, siempre divertidas y de provecho para el conocimiento, entre otras, su informe de la visita en las cárceles chinas a la viuda de Mao y el resto de la “banda de los cuatro”, así como a su infiel abogado, y desde luego no lo olvidara Luis de la Barreda, que fue el último en escucharlo en la Ciudad de México, donde era llamado por su amigo y colega Sergio García Ramírez. Su memoria resplandecerá con particular fuerza con la presencia de su esposa, colega y amiga la socióloga Elisa Herren.
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